Abrís temeroso de saber quién estará detrás de la puerta. Pero te llevás una gran sorpresa: está frente a ti Pepe, pero no Mujica sino Guerra. Pensás en que “menos mal que no es el Pepe Artigas” ¿Será que es verdad? Por más que no tenga la guitarra , tiene esa voz inconfundible. Te insiste que lo acompañes al recital que dará en unos minutos.
Dudás… ¿Qué hacés?
- Pensás que es otra joda, no tenés ganas de vestirte y salir a esa hora de la noche.
- Confías en el Pepe Guerra. Así que te vestís y salís.